Mi historia

Desde siempre el Arte ha estado ligado a mí, quizá porque desde muy pequeña mi madre ha alimentado esta faceta mía, o quizá, como cuenta ella, porque durante mi maceración en su vientre, ya deseaba que su hija fuera artista. Así que desde que nací, no he conocido otra forma de vida que me haga vivirla tan plenamente, como cuando conecto y desarrollo a través del arte. No sé vivir sin crear y sin encontrar magia en aquello que experimento.

Así que para mí, el proceso creativo es casi un acto ritual. A través de él, logro explorar emociones humanas universales y trascender las barreras de lo visible. El arte me permite expresar aquello que resuena en lo más profundo de mi ser, y compartir con otros esta conexión íntima. De hecho, cada obra es para mí, una reflexión subconsciente de la que no soy plenamente consciente hasta que, semanas o meses después, descubro su verdadero significado analizando el momento en el que me encontraba. Podría decirse que mis obras son espejo de lo que siento y mi manera de comunicarlo al mundo, porque muchas veces las palabras se me quedan cortas o no encuentro las adecuadas.

Aunque mi trayectoria profesional me ha llevado por diferentes caminos donde también he podido desarrollar mi creatividad, siempre he sabido que el arte es mi verdadera voz. A lo largo de estos años, he aprendido a confiar en este lenguaje y a entender que, a través de él, no solo puedo narrar mis experiencias, sino también invitar a otros a reflexionar sobre las suyas, o incluso, perpetuar a lo largo del tiempo momentos y conocimientos de nuestra Historia que se desconocen o que han quedado en el olvido.

Al final, el arte es un espacio de introspección y de descubrimiento, tanto para quien lo crea como para quien lo contempla. Es una conversación entre almas, una conexión que trasciende palabras y culturas. Creo firmemente que el arte tiene el poder de transformar, de sanar y de abrir puertas hacia un entendimiento más profundo de nosotros mismos y del mundo que habitamos y por eso me parece tan fascinante y siento que sea el motor que rige mi forma de vida y quizá, por ese empeño de búsqueda, de espiritualidad y del ser Humano, mi obra se centra principalmente en retratos y cuerpos femeninos, aunque siempre hay y habrá espacio para los gatos.

OTROS DATOS DE INTERÉS
1988, Madrid.
Licenciada en Bellas Artes en 2012
Beca de Ayllón, escultura, en 2011