La influencia del dibujo y la mancha
Mis etapas artísticas en Bellas Artes / Parte 1
Kristen Wicce


Volver a pintar me lleva de vuelta a mis mejores años.
Haciendo memoria, uno de mis primeros recuerdos sobre la pintura, fue en el colegio, con mi profesora Petri.
Estamos hablando que tendría 6-7 años. Yo ganaba todos los concursos de Cristmas, así que al verme dibujar y pintar así, me dijo que nunca lo dejara. Y recuerdo que me lo dijo muy seria, sabiendo que todo mi alrededor iba a desviarme de ese camino.
Y me desvié.
Empecé la carrera de periodismo porque me encantaba escribir.
Pensaba que iba a ser una etapa emocionante, pero ya el primer día, el profesor de Comunicación escrita nos dijo:
"Quien se haya metido en esta carrera porque le gusta escribir o porque quiere contar la verdad, se ha equivocado".
Eso, sumado a mi compañero Daniel que cada vez que me veía dibujar me decía que por qué no me había metido a Bellas artes y los soporíferos tostones infumables de economía, hicieron que terminara dejando la carrera y me apuntara a una academia de dibujo para prepararme la prueba de acceso a Bellas Artes.
La verdad es que me cambié a Bellas Artes por la fotografía, pero es que una vez empecé a cursar diferentes asignaturas, literalmente me perdí entre carboncillos, grafito y conté.
Así que hoy, te voy a hablar de una de mis etapas favoritas, la de Mancha y dibujo, para que este post no se convierta en una clase de economía de esas.
Amaba el dibujo. El claroscuro.
Descubrir todas las posibilidades que un simple color, el negro, podría brindar.
Cómo la línea, en función de su grosor, podría crear volúmenes.
Y llegar a casa con las uñas tan negras como los mocos de tanto respirar carboncillo, era una de las mejores sensaciones que recuerdo.
Al principio pintábamos esculturas, pero en segundo ya empezamos a pintar del natural.
Yo, emocionada, recuerdo que me puse en primera fila. Y el primer modelo que tuve fue Paco. Paco vino directo hacia donde estaba sentada con mis compañeras y sin vergüenza ninguna se bajó los pantalones de golpe, cual streeper que se los arranca. Y no, no llevaba ropa interior. Eso se quedó pendulando por el movimiento y él, al estar subido en un escenario, me quedaba literalmente a la altura de la cara.
Siempre he pensado que disfrutan el primer día que nos conocen, porque todos nos quedamos hechos unos tomates.
Así que pasada esa primera vergüenza inicial, empecé a enamorarme de cómo la carne se aplastaba y modificaba su forma.
Y ahí estaba la línea para enfatizar todo eso.
En esta epata recuerdo a Carmen.




















A esos encajes monocromáticos con los que empezamos, primero a carboncillo y después con grafito y aguarrás -que menudos mareos nos comíamos- le siguió la mancha de café y las sanguinas.
Fue como evolucionar mi estilo. Me obsesionaba. Esos tonos tostados que contrastaban con el negro. O el negro que combinaba con ese rojo teja de la sanguina.
Iba prácticamente todos los días al economato a comprar papel de estraza para seguir bocetando y combinando materiales.




























Una modelo del natural entrada en carnes y con cierta edad ya, donde todos sus pliegues se rendían ante la gravedad. Fue un antes y un después en mi carrera. Y por ella pinto mujeres así. Me apasionaba ver cómo la luz incidía e su cuerpo y creaba esos volúmenes... y cómo con un simple carboncillo se podría representar todo ello. Me agradó muchísimo tenerla varios años, como a Paco, que aunque nunca llegué a hablar con él, le tengo mucho cariño porque me acompañó en todas esas etapas.




Fueron unos años increíbles y esta asignatura la echo mucho de menos a día de hoy. Eran clases de 3h, pero se pasaban volando.
Y todos los dibujos siempre los hacíamos con tiempo marcado. Era una pasada.
Ya te contaré más sobre esos ejercicios y te los enseñaré también. Pero eso.... será ya en otro post.
Y para que veas la influencia de Carmen en mi dibujo, te comparto este cuadro de Mujer Flor, que fue expuesto en Espacio B, en 2020.




Dibujos realizados a carboncillo sobre papel 100x70cm | Los dos últimos tienen conté negro también
Dibujos realizados a carboncillo, conté y sanguina, sobre papel de estraza blanco y gris A3, manchado con café o acrílico.
Apuntes de Carmen sobre papel 100x70cm | Izquierda: Carboncillo, acrílico, conté y sanguina | Derecha Grafito, aguarrás, carboncillo, conté y sanguina.
Apuntes de Paco sobre papel 100x70cm | Izquierda: Carboncillo y acrílico | Derecha: grafito, carboncillo, acrílico y conté
Los gastos de envío son gratuitos a todo el mundo | World wide free shipping
© 2025 All Rights Reserved.
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________